POÉTICAS
(los care poema)
(los care poema)
Rodrigo Pizarro (Arouet) Aida Santelices Daniela Araya
La fractura / la fractura y la herida / la fractura y la herida indeleble / marcando el cuerpo de esta patria de ojos cansados / de esta patria de ojos cansados / que cada septiembre / así / como que no quiere la cosa / recuerda a esos muertos sin cementerio / a esos muertos desparramados por quien sabe donde / a esos muertos que habitan solo en la memoria / solo en el espacio del fuego azul / que acostumbramos a sentir / cuando extrañamos / cuando nos miramos / cuando sangramos / y buscamos una explicación / hurgando en medio de las cenizas / de nuestras cenizas / y así / nuevamente / como que no quiere la cosa / volvemos a sentir esa fractura y esa herida indeleble / esa fractura y esa herida indeleble / que llevamos incrustada / en el extremo más triste de nuestra historia.
Enlázame a tus palabras
súbeme al carrusel de letras que
pretendo tripular tus secretos
y los paisajes que habitan tu interior.
Cohabitar la narrativa de tu sombra
conocer la escritura de tus huesos
liar el poema impreso en tus labios.
Háblame hasta estrellarme
contra el fondo de tus ojos.
Me gusta el silencio pero adoro romper la
apatía de páginas blancas.
¡Háblame te
escucho y no!
Quiero el látigo
de tus palabras marcando mi espalda
quiero el tiempo de tus venas
dando ritmo a mis pasos.
Háblame verdades
de sangre para conocer la vida
muéstrame mentiras de agua
para morir entre ficción.
Háblame en verso
mayúscula y cursiva
entre pentagramas
extendidos y suaves…
no silencies nunca la poesía
que creaste para mí.
De los fragmentos que cortaron, ya no queda nada…
Secos y marchitos volvieron a la tierra, a la esencia, al hogar
Desde allí volverán a crecer a destiempo, sin lugar y sin pertenecer
Entender que pueden brotar entre las rocas o en el árido desierto
Regenerarse por arte de magia
O simplemente por amor
De ahí soy,
De la maleza y hierba que nunca muere
La raíz ramificada que se extiende por la superficie
La que puede vivir dentro o sobre
Esa que no necesita agua ni atención
La que florece por capricho sin pretensión
La que no avisa
La que se esconde cuando se va el sol
El verde que muta con la sombra y la luz
La tierra seca y húmeda según la estación
La que vive para sostener y sostenerse
Soy ese frágil esqueje que un día cayó de mí y volvió a crecer….
Janna Alcayaga Galie Diegues Tania Sepúlveda
Viaje a Ganímedes / Janna Alcayaga
Luz que ciega
La enrojecida córnea de insomne porfía
De esta indemne e inmaculada demencia
Al universo escapo de esta brutal utopía
Y Padezco de tonto
Amando un sueño en el espejo
Delirando entre la gente
Sofocando mis deseos
De aquí no pertenezco..
Y a Ganímedes vuelo
Demencial exilio de preceptos
Mientras cavo la tumba de los sentidos
El mancillado amor entierro
En el lugar más lejano de tu lengua
¡Nada es mío! Maldigo entre dientes
Y con desdén arrojo sentimientos
A lo mas profundo del socavón durmiente.
La siesta duermo cansado
Como el más ermitaño de los burros
¿Que hago en Júpiter huyendo
Del claro de tus ojos y tu pelo oscuro?
Aquí en Gamínedes muero
Junto al amor que bajo mi espalda agoniza
La soledad de esta luna invita
Morir abrazado al sepulcro del deseo.
La joya más querida / Galie Diegues
Hay una mujer
Que con solo mirarnos
Adivina nuestros pesares y temores.
Con su experiencia
Nos enseña cómo andar
Por la senda más segura.
Es aquella que sufre
Cuando el camino
Le pone trampas a la vida
Y nos dice desde el alma
"Todo pasará".
Y nos envuelve
Con su manto de esperanza.
Ella es quien espera
Las llegadas tardes,
Haciendo dormir las madrugadas.
Es la justa guerrera de la vida.
Es nuestra madre,
Nuestra amiga,
Nuestra joya más querida.
Sangre y Desesperación / Tania Sepúlveda
Entrañas cayeron fuego
por las temblorosas piernas,
succionando sesos, corazón e inocencia,
no se apiadaron del desgarrador grito
que teñía en coágulos el camino.
La inhumanidad
condenó en angustiosas contracciones
la infantil sonrisa,
horadó su blanco esmalte
y no descansó hasta dejar sólo polvo
suspendido en las maternas manos.
Dicen que sólo fue un soplo sin nombre
tratando de navegar la vida,
que fue proyecto inconcluso
recorriendo el lírico camino,
que sólo fue una estela
desafiando las estadísticas
¿Pero quién mierda explica a la madre una vacía cuna?
¿Quién se compadece del inconcluso verso
Que mutila la garganta?
dicen y dicen y seguirán diciendo
por los siglos y siglos,
sin embargo,
Dios sabe, que esta vez,
no podré decir Amén.
Ivette Soto Juan Pablo Prestige Sergio Moya
Ariadne en siesta / Ivette Soto
Nudo Ciego
Sobre su rostro
Un mar le arrulla cobijado desde lejos
Líneas como bordado de plata
Cubren desde su frente
De una grotesca abertura azul
Ignorante de islas y héroes
Para abandonarse en huellas disecadas
Este salar sirve tanto a su espesor como a su origen
Letra extranjera o no
Cuelga igual
Eco autor que ingenuo pecho en búsqueda dorada
Cuelga y no estorba
Péndulo que gotea sus recuerdos
Sin despertarle la pena
Entre espejos de piedra ella vio cómo crecía
En cada silencio avergonzado
En tardes de mesa y baile
Tras la oferta de forma y piel
-allá le oía-
Gritos que le amanecían los ojos
de trama en fuga
Un paso al tropezar
o señuelo tendido a sí misma
Ríe de su mano
la muerte
Con pesada sangre antigua
Escondió su casa en su historia
Enredada
Dejó escapar con todo
Voz de mañanas sumergidas
en cadena
Redes más húmedas
Abundancia soberana
Tiempos minados a intervalos de noche y sal
Durmió su ingenio
Sin volcanes que derribasen los pasillos
Bajo la gran curva
Abraza el sol para no dejarlo entrar
y quedarse con rincones oscurecidos
Sin estrépito de sueños ajenos
La extensión de su cabello.
Abdomen culture /Juan Pablo Prestige
Déjate caer
filante mucoso
en el cenit febril
donde aparecen las aves perdidas
del ocaso que beso
encima de tu ombligo, entre mis fauces
animal
de la luz conglomerada, aquí encima del abdomen
tuyo precioso nunca visto
se ancla el sol al salir con ese sonido de tren
partiendo, y son millones de rieles hacia ti.
Trocado en fotones
la pubis dice tu nombre desde dentro de todas
las plazas oscuras,
acosados los engranajes
solapan las turbinas y se responde este sentir
que hunde mi reflejo sobre tu vientre latino,
cruza todo mi jardín a cuestas de lamerte,
atormenta mi jardín de brisas rozando,
de esta soy esta casa de cortinas desatadas
frente a la ventana violenta,
una montaña crece dentro de mi pecho
aullándote, es en los estuarios!
se han colado tu abdomen mi rostro,
brama la luna babeante hecha cariño sobre los océanos y brama su íntima abrazada de mil brazos latentes bajo el horizonte,
se me han dado las transfiguraciones del paisaje en las aviones que se caen estalladas a pique de este sentir,
y tú me miras hacia abajo,
caen, ay mucílago baboso del combate,
caen las luciérnagas como volcanes invertidos sobre la mirada que abro de nido de brazos de
cobijo,
cuan desconocido se siente Amor mío,
cuan juvenil es este rastro solar que
ara los pulmones a la estridencia,
déjame hundirme, déjame seguir hundiéndome
en este lago de magnitudes mordidas
que me abrazan,
déjame infinito agarrado por las grúas y el
leather
y el Popper trans crucificado a esta cruz
que me violenta de tu amor
obcecarme como una piel
a estos amnios que me faltan.
Registro / Sergio Moya
¿Por qué registro a dios en la fragancia mercantil de la tierra?
¿Qué señalo con esto en la
página siguiente de mi vida...?
¡Oh! es a ella a quien apunto
para convertirla en delirio de mi destino.
(huelo tus besos en la gélida
pantalla del computador.
Siento tus cabellos polarizarse
en la cabecera de la cama)
No en vano, en medio del
consumo, el vergel observa los cuánticos pasos.
No oculto la mirada al beso...
el que roza el labio es del que la siente toda suya.
Debido al cariño logras el
sueño que evapora ángeles sin alas.
Espectros de la última cena ven
los seres alterables del postrero concierto.
He aquí el apóstol del rock
He aquí el apóstol del amor
He aquí el treceavo apóstol al
costado de todos sus hombros.
El ídolo se arrellana sobre su
propio purgatorio,
Pantuflas alfombradas acompañan
el paso leve que queda de la existencia.
Un clarinete a lo lejos suena,
yo despierto de mi viaje onírico y perfecto.
Ella tiene un espía, zigzaguea
al compás del brazo.
Una polaroid, una instantánea
cogida de efusión
que captura con flash
impalpable mi suspiro.
Acerca tu aliento fresco, como
la brisa matinal recién parida
y cerrados los ojos, sueñan dos
amantes la ternura perpetua del verano.
Cabellos pardos sobre mi gemido
insolente y claro de reflejos
Que atraen los ojos fruncidos
de otros jóvenes.
Aunque los nuestros pertenecen
a los márgenes del ángelus del día.
Ella ya comió la manzana...
sólo tú puedes morder el néctar reposado en mi paralelo.
Porque se fue urbanizando la
fricción a mitad de camino...
La propia mirada insistió en el
sonido de la carne, tras unas cuántas copas de lujuria,
debido que he citado a dios en
mis registros,
para que en cada pecho deposite
mis secretos y decidir el rumbo de cuánto te amo.
Vanessa Díaz Maria Isabel Marín Marcia Ramírez
Encuentro / Vanessa Marín (Vaneléis)
¿Podrás poner fin a este torrente de emociones?
¿Existe un mundo inalcanzable
en el que tú y yo
creamos el beso imaginario?
¿Cuál es la estrella dónde habitan tus orgasmos oscilantes llenos de luz?
¿Cuál es el camino que trazarás con tu lengua para que pueda encontrarte?
Gacela mía,
toda mía
sin ser mía.
Debería quedarme en silencio
mientras te quitas la piel
llevando tu mano a mi sexo
extendiendo tus dedos
más allá del crepúsculo.
¿Es como lo sueñas?
¿Es así como quieres que derrame
la dulce miel de mi panal?
¿Es cuando oprima con más fuerza lo que enfurecerá tus uñas y enardecerá tu abdomen?
¿Eres carne de mi carne?
¿Lo serás?
Ven si estás sedienta,
recuéstate en mis pechos nutridos de leche.
Navega sobre mi pelvis resurgiendo en mis húmedas caderas.
Traspasa el umbral de la epidermis
mientras mis piernas se abren hacia la alborada de tus pupilas.
Entra jadeante hasta el jardín de mi útero ferviente y deseosa,
hazme tan tuya como al hijo recién nacido.
tomaré tus artesanas manos algún día y las pondré en mi pecho palpitante
de efusivas sístoles.
Soñaremos el regocijo de aquel encuentro pletórico de fuego y sol
en el cual seremos el más hermoso de los recuerdos.
La otra yo / Maria Isabel Marín
Busco
Te busco
Me rindo
Te encuentro…
La desesperanza, borrón tinta espesa,
Devora colores a mis sueños.
Allí estoy(estas)
Vestida de emblema,
Terrorífico emblema…
Inconstante
Chocante
Cruel…
La otra, vestida de mi
La misma desvistiendo mis hilachas.
Soy la que canta al lado oscuro de la Luna
Filosas garras espejeando ante el brillo crepuscular.
Soy la que vuela aferrada a mi lomo
Cargando el sino maldito del dolor surreal,
La que hiere,
Victima asesina
La estirpe que maldijo el hacedor.
Camino de espalda a los dioses,
Desafiando al averno,
Coqueteando con oscuridad de mausoleos.
No distingo posturas, dictámenes, delitos.
Me equilibro en la cuerda sin red.
Soy la que se disfraza de difunta,
Cada pálida noche apocalíptica
Desenredándome de mis marañas, mientras caigo
Hasta despertar en la otra,
La purista de vestido blanco y rosas en los tobillos…
De recuerdo y de olvido /Marce Ramírez
El color de la tristeza va oscureciendo el cielo de otoño, un otoño en donde el viento frío adormece los cuerpos aletargando el ritmo del mutismo es tristeza, no es melancolía.
Nostalgia de invierno vivida en distintos calendarios del alma, en donde yo respiraba por ti y tu corazón latía a través del mío,
sin importar lo destruido que estaba podías salvarlo, más lo cubrí con una coraza de azul sombrío delirio.
Salir de ella sin desgarrar el cuerpo, sentir el frío del temor invadir el torrente furioso, cerrar los ojos lentamente, un suspiro en sigilo, el secreto aún está oculto en el crepúsculo de una frase ahogada, moribunda en sepia por el ocaso acorralada.
Se sentía el hielo de la ventana bañada por la lluvia, el viento sopló en brisa y lo que quedaba de aquel corazón destrozado se lo llevó el aire a volar por el hermoso cielo celeste y gris, eterno.
He encontrado la cadencia entre verdes prados, noches negras y días azulados, sinuosos caminos, montañas escabrosas, bosques profundos y desiertos extenuados.
Helo ahí, en un latido intermitente y sublime, no estaba perdido…
Solo en el silencio de un recuerdo pude escucharlo, casi adormecido, acongojado.
He conocido la mitad del camino en un compás del tiempo perdido, y he vivido este viaje en el recuerdo…
en el recuerdo y en el olvido…
Beatriz Abarca Pablo Roque Alison Ramos
Me dirijo al café habitual
el hambre tiene prisa por
disiparse
bajo mis pies
el sol alumbra cálidamente en la acera
me siento
ella se acerca
suave y grácil
la miro sonriendo
por favor señorita
un café, jugo de piña y algo de pan
se retira con mi orden
enciendo mi cigarrillo
espero
ahí, cerca de mí
ella enhebra servilletas, como suaves hilos de seda
perfectas en su orden
una tras otra
se levanta, me tare mi pequeño banquete
se retira de mi vista
mi cigarro, apago
abrocho mi abrigo
camino
al calor de la noche
es menos frio el sol.
Fe / Pablo Roque
El peso de la fe dobla tu espalda, forjada por la voz del pecado que hace eco en los oídos incautos, bancas frías e interminables, hacen fila para abordar tu cuerpo cansado de llevar ese velo opaco que danza frente a tus ojos burlándose de tu conciencia. La noche desprecia el calor del día para imponer su manto frio sobre los orantes dignos y hechizados sin discriminar su paso. Escalones que crujen sus dientes susurran en los pasillos esas voces de pino y cera. Las hojas niegan su nido abalanzándose sobre la tierra que abriga sus confesiones sin discriminar su aroma ni tiempo. Duerme sobre el frio regazo abrazando el sueño libre del incienso embriagador, sin dejar de lado el cansancio de una mirada enclaustrada en azotes burlescos. Campanas indiscretas imponen su trueno sobre el árbol ya caído, censurando el nacimiento del alma propia. Ora pronobis sin negar el precio carnal que invade nuestros nichos colgándolos del recuerdo seco de esperanza. Margina la culpa que aprieta tu pecho cargando el cielo de estrellas sin brillo. Solo el odio encaramado en tu corazón distingue el camino ciego sin retorno. Aislando para siempre el bello recuerdo celestial.
Causaefecto - Alisongstein
La poesía no me sirvió de nada;
No pudo guardar tus ojos fijos en los míos
Haciendo converger nuestras circunstancias abismales.
No me despertó en la mañana con un beso en la frente,
Ni me permitió anidar en tu pecho.
Me abandonó en calles colmadas de extraños
Que llegaron por morbo,
Que escucharon mis aullidos
y bailaron al ritmo de mis soledades,
Mi poesía…
Me ocultó de las flores y de los pájaros;
Marcó de fatalidad mi lengua,
Y todo lo susceptible de ser amado.
Germana Stieches Ima Sumac Sergio Riquelme
Tibadundá Dadiba Daba-daba. / Germana Stieches
Del túnel a la ecuación
una diferencia en el tiempo
encerrada en mis ojos.
Remolino
de fantasías, de burbujas adjuntas
al calor de mi ombligo.
Impulsiva
violenta, terrorífica y eficaz.
Son mis primeros pasos
antes de soplar
el diente de león
de espiar mis errores.
Una red digital se extiende
como el pantanal de nicotina
donde voy prepicando mi vida
una entera para resumir
una tristeza para declarar
un viaje de ida para regresar
al universo de papel donde nací.
La unión de patrones
con formas irregulares
y las canciones que escuché,
terminan confirmando
que no sé decir las cosas
con palabras.
Simplemente estoy confundida.
Sólo soy algo pasajero
como la felicidad
como el sentimiento de turno
que nubla el espacio
y que consume vidas.
¿Qué hacer para quedarme?
¿Qué hacer para habitar la diferencia
entre lo anterior
y la actual nomenclatura
en mi saliva?
¿Qué?
Ojos, más allá de los recuerdos,
Miran tras cristales de lágrimas
Aferradas a sus goznes,
Las puertas retumban en el viento
Como tronaduras de un pan amargo,
Numero sedientos esperan
En desahucios dinteles
Aun sabiendo que ningún cartero
Traerá ya, carta alguna.
Chuquicamata hogar, ha muerto,
Pero sus obstinados fantasmas
Todavía caminan cabizbajos sus senadas amadas
Sin encontrar el fogón donde entibiar el alma.
Cuando cae la tarde con sus incendios de cobre,
De los escombros sales a correr por la plaza
Niños de blanquecinos rostros
Cuyas risas celestes se lleva el viento
Como partículas polvorientas después de la explosión.
Los árboles encanecieron de golpe
Cuando las campanas anunciaron: éxodo…
Hoy, solo niños fantasmas
Juegan en sus columpios de pena.
Pequeños fantasmas jugando, por siempre,
En la terrible bastedad del abandono.
Nunca comprenderás
Que es bailar como un demonio
Tus dioses son jóvenes
Pero nosotros
Quienes las abuelas de nuestras abuelas
Caminaros descalzas en suelo jamás tocado
Sintiendo los latidos del planeta
Rezando
Constantemente rezando y pagando homenaje
A las verdaderas
Deidades prediluviales
Con nombres que hacen eco
A través de generaciones
En una cacofonía armónica
De sonidos que no aparecen en ningún alfabeto
Pero yacen ocultos en toda lengua.
https://www.facebook.com/sergio.f.riquelme
Janina Camacho Vixn.Meyers Sarai Mical
En las noches soy lo que callas
llego a ti para escribirte la oscuridad
ese lugar que soy en tu silencio
lugar que te necesita para nunca habitarte
Desde el sitio más oculto
donde se arrebatan tus espacios
pegados al oído de la página
me remites en la oscuridad
suspirando en los rincones
Detenemos la invasión
de párpados y lágrimas
sobre los ojos
para no soñarlos
porque la geometría de lo callamos
engrana exactamente en una mentira
en la siguiente noche que pasa sin evitarte
La noche oscurece tu voz
y nos nubla los ojos
Nos pide guardar silencio.
Ya no me Estoy Divirtiendo / Vixn Meyers
Esta noche será la última
Ya no es importante si las luces son inextinguibles
O que las memorias ebullan en un demoníaco danzar
Que efervesce al ritmo de un inmortal latido
De un cuerpo jurase convertido en añicos
Estando en condición prístina, en contraste con su ego
Frágil y destrozado
Impotente de condenar por razón de crímen
A quien cuya inocencia era incuestionable
Es imposible llamarle homicida
A un mero espectador de un suicidio
Eva no debería cargar culpa alguna
Del serpentino adulterar que de víctima ha sido
Y ya no me estoy divirtiendo
Siendo el alma de una fiesta a la que nadie asistió
Esta noche será la última
Esta noche me desgarro
En millones de partículas que retornan al universo
Decantándose en un aguacero de disculpas
De nula esperanza a ser aceptadas.
https://www.instagram.com/vixn.meyers/
Si yo no fuera... / Sarai Mical
Si yo no fuera hermana
Sería solitaria
Si no fuera pacífica
Sería asesina
Si no fuera rara
Sería normal
Si no fuese ordinaria
Sería una distinguía dama
Si no fuera caca
Sería pichí
Y si caca fuera
Sería una de mañana
Que te deja livianita
O una después del vino
Negra, de pura caña
Si no fuese menstruación
Sería eyaculación precoz.
https://www.instagram.com/lolitaaun/
Sol Olmedo Cristina Turpie Vivi Sagué
Soy Agua / Sol Olmedo
Siento que soy agua
Y me escurro de a poco por mi piel.
Gota, gota, gota.
Cayendo lentamente, lentamente.
Siento que soy agua eterna y lúgubre
Que estaba enterrada en un lugar perdido
Que ahora se desata como tormenta, por momentos,
Y grita queriendo salir de mis ojos.
Siento que soy agua tibia
Que quiere bañar tus labios con esta cálida humedad.
Agua cristalina, agua tibia, agua...
Siento que soy agua fría que refresca tu corazón.
Que acaricia tu rostro y baja fría por el mío.
A mares, a gotas, se desboca.
Soy agua, soy llanto...
Llanto infinitamente triste
Lamento de soledad.
Sollozos de pena
Suspiros.
Soy lágrimas alegres también,
Lágrimas que brotan de la nada, de tus besos, lágrimas.
Soy sangre fluyendo por el río.
Soy agua,
Soy vida.
bébeme o déjame correr...
Progreso / Cristina Turpie
Me busco, entre las calles de mi temprana infancia
me busco y no me encuentro.
Este norte grande que me cobija, me confunde con su movimiento.
Hoy sólo puedo recorrer esas calles en mi memoria.
Un poderoso tierral cubre mi casa y lugar de nacimiento.
Entre escombros y residuos mineros
se encuentran sepultados nuestros cimientos y sus recuerdos.
Mis nostálgicos ojos sólo ven cerros.
Para la fotografía del recuerdo dejaron un turístico centro.
Cuando niña le tenía miedo al cuento minero del empampado,
ese que se fue a caminar por el desierto huyendo de las penas de amor,
perdiéndose en el eterno horizonte de tierra.
¿Esteré empampada en mis recuerdos?
Miro y miro y sólo veo cerros
Un remolino cola de diablo viene a saludarme y mientras me chasconea me susurra: “Fue real, existió”
Me siento perdida
como el hombre del cuento
ese que nunca más pudo volver.
A mis padres les borraron sus recuerdos de infancia en el ferrocarril,
a la gente de las salitreras sólo les quedan los cuentos pampinos de campamentos.
Me volteo para volver a mirar al cerro,
me niego a aceptar este cruel entierro pero,
sólo se observan las dunas de eso que llaman progreso.
Ella dormía entre la arena / Vivi Sergué
Ella dormía entre la arena,
Mientras los gritos de quienes la buscaban
Rompían el viento en el desierto.
Desde su madriguera en el tiempo
Esculpía fantasías atónitas,
Con los fantasmas de aquellos
que también yacían en ese yermo.
Ella dormía entre la arena,
Y los susurros dolosos de su madre
La llamaban sonámbulos.
Por que su reino se caía a pedazos
Si ya no estaba la princesa,
Y la locura remplazaba su almohada
Y el Ravotril acompañaba sus miedos.
Mientras el verdugo descansaba impune
Escondido en las sombras,
viviendo potentado los delirios de grandeza
sin la culpa a la cual solo un abyecto
puede llegar a ser inmune.
Ella dormía entre la arena,
Y como espectadores ponzoñosos
El público opinaba que tan buena era.
Mientras las bacterias descomponían su carne,
Y los animales carroñaban sus huesos,
Todas sus historias de vida
ahora eran trozos de pequeños espejos.
Y así los jueces de la moralidad debatían
Si ella se merecía lo que le estaba pasando,
Que también tenía parte de culpa
Por las decisiones que en vida había tomado.
El mundo seguiría girando,
Pasando y pasando el tiempo,
Y solo a unos pocos les importaba
Que ella aún dormía entre la arena.
Andrea Tutistar
La máquina / Andrea Tutistar
La máquina de la tortura
no fue una horca apretada al cuello,
ni el filo atroz de la guillotina,
la máquina de la tortura
fueron sus palabras,
cada sílaba recitada
me tiraba de bruces
al pasado,
a la historia
de una vida
qué no pude escoger,
de un destino
al que no pude escapar,
las palabras clavadas
como dagas voladoras.
La filiación
no es una caricia amable,
es una caricia pervertida,
la filiación lleva unas garras
capaces de excavar y enterrarse
en lo más profundo de la carne,
destroza el recuerdo apacible
y lo transforma en pesadilla,
la filiación
usa investidura,
olvida que soy
propensa a la tragedia,
certera hacia el error
y aprendiz del fracaso.
La máquina de tortura
petrifica,
descompone el pensamiento,
bloquea la argumentación,
sella la boca y llorosea los ojos.
La tortura se acaba,
sorprendentemente
la caja de mis vísceras
ha escrito cada palabra
que en los momentos
de álgido dolor
no pudo salir.
Ignoraba
que también
portaba una máquina
en mi interior.
Una máquina
repleta de sílabas,
fundida de palabras
sin poder salir
por el vehículo de la voz,
de manera que
la voz
fueron mis manos
atravesadas por el poema
que escribo en mi cabeza.
Tal vez nunca
pueda escapar
del ataque de la
máquina de tortura,
conducida por el
juez implacable
de la filiación.
Juro que algún día
mi máquina
de palabras
no naufragara más
entre la bruma de mis vísceras,
y si es así
me conformó
con estas líneas
perfumadas de pura cólera.